La paz con el ELN y los regateos del gobierno

El libro que tiene entre sus manos es un laberinto. Adentrarse en él será asumir el reto de encontrar la salida a pesar del probable extravío.
Narrar una lógica más del poder de los poderosos y sus representantes en el terreno de una negociación política con la última insurgencia colombiana, el ELN. Leerlo implica dedicarle tiempo a describir los detalles para posibilitar la comprensión, para dar explicaciones necesarias a las comunidades, a la militancia, a los amigos y también, claro está, a los enemigos.
En un mundo que atraviesa guerras nuevas o la profundización de conflictos ya existentes, y casi al borde de una confrontación bélica mundial, en Colombia el ELN le sigue apostando a la solución
política. Esto quiere decir que nuestra presencia en la actual Mesa de Diálogo está fundamentada en la lucha por esas transformaciones sociales, políticas y económicas que recojan el sentir, las
propuestas, dinámicas y enfoques de las comunidades afectadas por el conflicto. Un diálogo que se opone a la tradicional doctrina del Desarme, Desmovilización y Reinserción (DDR), modelo
fracasado con el que han engañado otras luchas y mancillado la búsqueda de paz.
Antonio García

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